Equilibrio entre la experiencia del paciente y la seguridad financiera
Para los establecimientos sanitarios privados, los gastos de bolsillo representan un verdadero reto: representan una parte importante del volumen de negocio, pero también son una fuente de complejidad. Honorarios excesivos, procedimientos sin nomenclatura, dispositivos no reembolsados... Estos importes pueden dispararse rápidamente, al tiempo que siguen siendo difíciles de cobrar.
Entre el deseo de garantizar una experiencia fluida al paciente y la necesidad de garantizar el flujo de caja, las clínicas buscan una solución que sea eficiente, moderna y sencilla de gestionar.
Gastos de bolsillo: un reto recurrente para los establecimientos
En la mayoría de los centros, los costes restantes se pagan después de la operación, a menudo mediante facturación diferida. A primera vista, se trata de una práctica sencilla, pero tiene graves consecuencias:
Los tiempos de recogida se prolongan durante varias semanas,
Las tarifas impagadas pueden superar los 10 %,
Secretarías sobrecargadas de recordatorios y regularizaciones.
Hacer que el pago sea más estricto (mediante un depósito o un pago a la salida) no resuelve el problema: crea una roce directo con el pacientea veces en el peor momento de su cuidado.
Los establecimientos se encuentran en un equilibrio inestable entre recuperación y experiencia del paciente.
Los límites de los métodos tradicionales
1. Pago por adelantado antes de la intervención
→ Asegura el flujo de caja, pero complica la experiencia del paciente.
Los anticipos son eficaces sobre el papel, pero su gestión es engorrosa: regularizaciones, reembolsos parciales, litigios. Además, suponen una barrera psicológica para los pacientes, que no siempre conocen de antemano el importe exacto.
2. Pago a la salida
→ El momento menos favorable para el pago.
Los pacientes están cansados y a veces tienen prisa. El resultado: colas en la secretaría, pagos aplazados o incluso abandonados. Este método de pago alarga el proceso de alta y sobrecarga a los equipos.
3. Facturación posterior a la intervención
→ Administrativamente sencillo, pero financieramente arriesgado.
Los plazos de pago son largos, los recordatorios llevan mucho tiempo y parte del dinero se pierde para siempre.
Cambiar la lógica: del pago insuficiente al pago integrado
Ante este callejón sin salida, se impone un enfoque más moderno: liquidación automatizada posterior a la intervenciónbasado en las huellas bancarias.
La idea es sencilla: asegurar el pago antes, pero sólo cobrarlo una vez que se conozca el importe exacto, después de que la Seguridad Social y las mutuas hayan efectuado los reembolsos.
En la práctica, los pacientes depositan su huella bancaria en el momento del preingreso, a través de un enlace seguro enviado por SMS o correo electrónico.
No se efectúa ningún cargo. El paciente permanece libre y tranquilo, mientras que el establecimiento dispone de una garantía de pago clara y rastreable.
Una vez efectuados los reembolsos, se deduce automáticamente el coste restante exacto.
Sin regularizaciones, sin cheques olvidados, sin llamadas de seguimiento. El pago se convierte en una etapa fluida en el itinerario asistencialno una ruptura.
Una palanca de eficacia y una herramienta de confianza
Todas las escuelas que han adoptado este modelo coinciden en que la diferencia es espectacular.
Desde un punto de vista financiero, las deudas impagadas se reducen una media de 80%El plazo medio de cobro se reduce de varias semanas a quince días.
Pero más allá de las cifras, lo que está cambiando es la administración cotidiana:
Las secretarias ya no se pasan el día buscando pacientes,
Los profesionales ya no temen la morosidad,
Y los departamentos financieros ganan en previsibilidad.
La experiencia del paciente también se transforma: sin pagos por adelantado, sin bloqueo de tarjetas, sin sorpresas.
La tecnología facilita el cambio
Hasta ahora, uno de los principales obstáculos a la modernización de los pagos ha sido la complejidad de la integración con herramientas empresariales. Esto ya no es así.
Soluciones recientes como Swikly integrar directamente software de gestión (Berger-Levrault, Dedalus, Calimed Santé, etc.), lo que permite vincular cada huella bancaria a una expediente individual del paciente.
El envío del enlace, la validación 3D Secure, la trazabilidad y la recogida están automatizados, sin trabajo adicional para el personal.
Esta digitalización controlada lo cambia todo: simplifica el trabajo administrativo al tiempo que cumple las obligaciones de seguridad (DSP2, RGPD, 3D Secure).
El resultado: menos fricciones, más control y un flujo de caja que respira.
Hacia una nueva norma para el itinerario del paciente
Asegurar los gastos de bolsillo restantes no debe verse como una limitación, sino como una oportunidad para reducir costes. evolución natural del itinerario asistencial.
El objetivo ya no es simplemente garantizar el pago, sino hacer que este proceso sea invisible, sin ninguna carga mental o administrativa.
Los establecimientos que han dado el paso obtienen un doble beneficio:
A mejores resultados económicosGracias a flujos controlados e ingresos seguros,
Y un mejora de la calidad de las rutasdonde la cuestión del pago ya no perturba la relación entre el cuidador y el paciente.
Conclusión: conciliar financiación y fluidez
En un sector en el que la confianza y la transparencia son esenciales, la huella bancaria representa el equilibrio perfecto entre seguridad y sencillez.
Garantiza la estabilidad financiera de los establecimientos sin dificultar en ningún momento el viaje del paciente.
Y para las organizaciones que deseen dar este paso, actores como Swikly ya está apoyando a clínicas y grupos en esta transición, con un enfoque diseñado específicamente para el sector médico: integrado, seguro y respetuoso con la asistencia.